Foto: Laura Nieto.El personal del Juzgado de vigilancia penitenciaria abandona el edificio por el "olor a muerto"
Los trabajadores del centro, ubicado junto al instituto donde se realizan las autopsias, dejan su puesto por temor a problemas de salud
Oviedo, Noelia HERMIDA "No aguantamos más. No estamos haciendo ninguna protesta. Salimos de manera espontánea porque no se aguanta el olor. Tememos que afecte a nuestra salud", contaba ayer a LA NUEVA ESPAÑA una funcionaria del Juzgado de vigilancia penitenciaria. Desde hace varios meses, los trabajadores de esta sede judicial se quejan del nauseabundo "olor a muerto" que respiran dentro de las instalaciones, donde también se encuentra el Instituto de Medicina Legal de Asturias. Ayer, ante un repunte insoportable de esta situación, decidieron dejar sus puestos de trabajo y salir a la calle. "Por la mañana llegó un operario de la empresa de mantenimiento y avisó de que se iba a realizar la limpieza del digestor -el lugar en el que se depositan los deshechos de las autopsias-. En cuanto empezaron los trabajos, el olor se volvió insoportable. En esas condiciones, los trabajadores se vieron obligados a salir, sobre las once de la mañana", señalaron responsables del sector de Justicia de Comisiones Obreras (CC OO).
"Estuvimos fuera unos 45 minutos, todos los funcionarios, el fiscal, los secretarios y la magistrada", señaló una de las empleadas. Es en el despacho de la juez Elvira Gutiérrez donde el olor es más penetrante. "Aunque nunca desaparece, a veces se concentra en el baño o en una parte del piso, pero en su despacho es donde más se aprecia. Ayer fue mucho más potente. El director general de Justicia, José Luis Villaverde, dijo que está en contacto constante con la titular, pero no nos da una respuesta. Ya llevamos diez meses así y exigimos una solución", apuntan desde el sindicato. Aunque no saben cuál es el origen del problema, advierten de que no pueden esperar a que se averigüe por el temor a problemas de salud.
Un ingeniero se acercó ayer al centro para preguntar a los trabajadores y hacer un análisis en persona de la situación. "Pero no es suficiente. Queremos una reunión urgente con el director de Justicia. Es necesario que se busque un nuevo espacio para ubicar el Juzgado. Los forenses y los trabajadores del Instituto de Medicina Legal no perciben los olores. Puede que estén más acostumbrados. No puede ser que esta condena la sufran los que no cobran ningún complemento por ello", insisten desde Comisiones Obreras.
Ayer, después del obligado respiro, el personal del Juzgado volvió a sus tareas. "Teníamos muchos asuntos urgentes que resolver y tuvimos que aguantar", destacó una de las funcionarias. Pero tienen claro que, "cada vez que aparezca ese olor, volveremos a salir a la calle el tiempo que haga falta", añade.
El anterior Gobierno del Principado, de Foro, decidió ahorrar en el alquiler del edificio donde estaba el Juzgado de vigilancia penitenciaria, en la calle Jovellanos de Oviedo, con el traslado de este órgano judicial a la primera planta del Instituto de Medicina Legal de La Corredoria. Así empezó para los funcionarios de este Juzgado una pesadilla en forma de "olores a muerto" que lleva prolongándose durante meses. Los trabajadores temen que la causa sea alguna fuga y que, además, respirar ese aire tenga efectos nocivos para su salud
"Estuvimos fuera unos 45 minutos, todos los funcionarios, el fiscal, los secretarios y la magistrada", señaló una de las empleadas. Es en el despacho de la juez Elvira Gutiérrez donde el olor es más penetrante. "Aunque nunca desaparece, a veces se concentra en el baño o en una parte del piso, pero en su despacho es donde más se aprecia. Ayer fue mucho más potente. El director general de Justicia, José Luis Villaverde, dijo que está en contacto constante con la titular, pero no nos da una respuesta. Ya llevamos diez meses así y exigimos una solución", apuntan desde el sindicato. Aunque no saben cuál es el origen del problema, advierten de que no pueden esperar a que se averigüe por el temor a problemas de salud.
Un ingeniero se acercó ayer al centro para preguntar a los trabajadores y hacer un análisis en persona de la situación. "Pero no es suficiente. Queremos una reunión urgente con el director de Justicia. Es necesario que se busque un nuevo espacio para ubicar el Juzgado. Los forenses y los trabajadores del Instituto de Medicina Legal no perciben los olores. Puede que estén más acostumbrados. No puede ser que esta condena la sufran los que no cobran ningún complemento por ello", insisten desde Comisiones Obreras.
Ayer, después del obligado respiro, el personal del Juzgado volvió a sus tareas. "Teníamos muchos asuntos urgentes que resolver y tuvimos que aguantar", destacó una de las funcionarias. Pero tienen claro que, "cada vez que aparezca ese olor, volveremos a salir a la calle el tiempo que haga falta", añade.
El anterior Gobierno del Principado, de Foro, decidió ahorrar en el alquiler del edificio donde estaba el Juzgado de vigilancia penitenciaria, en la calle Jovellanos de Oviedo, con el traslado de este órgano judicial a la primera planta del Instituto de Medicina Legal de La Corredoria. Así empezó para los funcionarios de este Juzgado una pesadilla en forma de "olores a muerto" que lleva prolongándose durante meses. Los trabajadores temen que la causa sea alguna fuga y que, además, respirar ese aire tenga efectos nocivos para su salud
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