Desde este blog saludamos a MICHAEL R. BROWN, que en una entrada anterior en la que comunicábamos la cita con el club de lectura y el libro a leer de Mary Maclane, nos ha saludado y animado a la lectura con un comentario en inglés, por supuesto, que os transcribo.
comentario:
- Michael R. Brown6 de diciembre de 2015, 21:53I have been reading amd researching Mary MacLane for thirty years, and I am very happy you are drinking in her passionate thinking!
Muchas gracias al sr. M.Brown por haber emitido un comentario sobre el libro a debatir hoy en nuestro club de lectura.Y por estar atento a cualquier noticia que le llegue en relación a la carismática escritora Mary MAclane.
Nos ha gustado muchísimo la lectura del libro, a pesar de que no lo leemos en inglés, sino en una magnífica traducción de Julia Osuna Aguilar.
"Thank you Mr. Brown for your comment about the book we're discussing in our reading circle. Also for paying attention to any news regarding the charismatic writer Mary MacLane. We really enjoyed reading the book, although we didn't read it in English, but a fantastic translation from Julia Osuna Aguilar.
Transcribo de la web fantasticplasticmag.com Mary MacLane y otras cinco proto blogueras
Seix Barral acaba de publicar “Deseo que Venga el Diablo“, diario personal de Mary MacLane que ha sido definido reiteradamente como una especie de brillante ejercicio de escritura proto-bloguera: leído desde el aquí y el ahora, no es difícil delimitar las constantes vitales que MacLane practicó en su literatura ya en 1902 (año de publicación de “Deseo que Venga el Diablo“, cuando la autora contaba tan sólo 21 años) y que vuelven a hacer acto de presencia ahora, más de un siglo después, en la era de los ego-blogs, de la cultura del yo y del fin secular y voluntario de la intimidad.
Las semillas de este estilo literario (porque, evidentemente, a día de hoy ya podemos considerar el blogging como un estilo literario per sé) puede rastrearse sin lugar a dudas a través de las décadas desde el momento presente hasta Mary MacLane… e incluso alguna que otra autora antes que ella. Ahora bien, las conclusiones a las que llegue cada uno variarán ostentosamente dependiendo de la predisposición y la permeabilidad hacia los tics y manías, hacia la ego-lírica de este estilo tan característico: ¿el ser humano (femenino y joven) lleva más de un siglo tropezando con la misma piedra y haciendo poesía de las heridas infligidas en este accidente? ¿O más bien hemos asistido a la apertura en slow motion de una crisálida de la que ha surgido una bella mariposa que por fin brilla con sus mejores colores, sin espacio para la vergüenza, el pudor o la falsa humildad? Que cada uno opine lo que quiera, que aquí no hemos venido a opinar, sino a tomar a Mary MacLane como excusa para establecer una pequeña intentona de genealogía del proto-blogging
Seix Barral acaba de publicar “Deseo que Venga el Diablo“, diario personal de Mary MacLane que ha sido definido reiteradamente como una especie de brillante ejercicio de escritura proto-bloguera: leído desde el aquí y el ahora, no es difícil delimitar las constantes vitales que MacLane practicó en su literatura ya en 1902 (año de publicación de “Deseo que Venga el Diablo“, cuando la autora contaba tan sólo 21 años) y que vuelven a hacer acto de presencia ahora, más de un siglo después, en la era de los ego-blogs, de la cultura del yo y del fin secular y voluntario de la intimidad.
Las semillas de este estilo literario (porque, evidentemente, a día de hoy ya podemos considerar el blogging como un estilo literario per sé) puede rastrearse sin lugar a dudas a través de las décadas desde el momento presente hasta Mary MacLane… e incluso alguna que otra autora antes que ella. Ahora bien, las conclusiones a las que llegue cada uno variarán ostentosamente dependiendo de la predisposición y la permeabilidad hacia los tics y manías, hacia la ego-lírica de este estilo tan característico: ¿el ser humano (femenino y joven) lleva más de un siglo tropezando con la misma piedra y haciendo poesía de las heridas infligidas en este accidente? ¿O más bien hemos asistido a la apertura en slow motion de una crisálida de la que ha surgido una bella mariposa que por fin brilla con sus mejores colores, sin espacio para la vergüenza, el pudor o la falsa humildad? Que cada uno opine lo que quiera, que aquí no hemos venido a opinar, sino a tomar a Mary MacLane como excusa para establecer una pequeña intentona de genealogía del proto-blogging